El Profesor Moncada era extremadamente exigente, todos lo sabían, pero sabíamos en el fondo que estábamos avanzando y mejorando, por eso siempre regresábamos, hubieron algunas bajas como siempre pasa pero la mayoría se quedó, en muchas oportunidades entrenábamos con alumnos de 4to y 5to año, allí conocí a muchos amigos, fue un año increíble, los menores admirábamos a los mayores por sus destrezas.
Nuestra gran prueba era entrenar con ellos los días sábados, había un ejercicio que se llamaba suicidio el cual consistía en salir de la línea inicial del campo de basket y tocar la siguiente línea que era la primera línea del campo del vóley y luego regresar a tocar la primera línea del campo de basket y así sucesivamente todas las líneas del campo hasta llegar a la última línea y de vuelta regresar, todo el ejercicio era a máxima velocidad y el ultimo que llegaba tenía su castigo, así que todos estábamos dispuestos a hacerlo bien, también hacíamos las famosas series que consistían en dar 4 vueltas al patio de quinto con 1 minuto de descanso por cada serie para volver a continuar.
Luego venia el sauna que se hacía al terminar las series y consistía en sentarnos en filas uno muy junto al otro para sobrecalentarnos más de lo que ya estábamos y poner la cabeza dentro de nuestros polos durante 1 minuto, luego teníamos descanso, ya se imaginan como terminábamos totalmente transpirados con la sensación de haber estado corriendo en un desierto o en algún entrenamiento de combate.
También unos ejercicios de velocidad y reacción que nos costaba mucho, después de toda esa rutina podíamos entrenar las técnicas de juego que también eran muy duras, habían muchos trabajos técnicos con el balón y al mismo tiempo de coordinación individual y luego grupal, el profesor Moncada fue un gran entrenador, todas las técnicas que utilizaba eran unas más desafiantes que otras, todo con la finalidad de lograr su objetivo que era nuestro objetivo.
Recuerdo que cuando no terminábamos alguna rutina técnica nos imponía un “castigo” que consistía en hacer 20 saltos el cual era otro ejercicio de flexiones combinados con saltos en donde se trabajaba duro las piernas. Con él se trabajaba mucho la parte técnica con el balón y después al final podíamos jugar 15 o 20 minutos, ese era nuestro premio y nosotros felices jugábamos, milagrosamente volvíamos todos a tener mucha energía, sin darnos cuenta estaba formándonos como buenos atletas.
Para el profesor Moncada Siempre lo más importante fue el respeto, la disciplina y la razón, nunca nos habló mal, nunca nos maltrató y siempre nos exigía al máximo, conocía muy bien el tema de la preparación física, siempre pedía más, adoraba el esfuerzo que se hacía y nos lo hacía saber con su mirada, en ella reflejaba lo feliz que se sentía cada vez que terminábamos un entrenamiento y que habíamos dado el máximo esfuerzo.
Conocía muchos detalles acerca de nosotros, al final de cada entrenamiento volvía hacer el dulce viejito que te aconsejaba y reía un poco con todos, siempre antes del entrenamiento era muy conversador y le gustaba reír con nosotros, si alguien llegaba tarde no lo dejaba ingresar y le decía que regrese mañana temprano, usualmente los tardones esperaban para disculparse por su falta, los padres de familia eran atendidos en el descanso o al término de la clase al igual que sus colegas incluso en una ocasión llego el sub director y también tuvo que esperar, recalcaba siempre que su trabajo era muy serio y por respeto a sus alumnos no podía detenerse.
CAMPEONATOS
En el año de 1994, cumplido mi primer año de entrenamiento con el profesor Moncada, notamos con mis compañeros que habíamos crecido, en mi caso 6 cm alcanzando a medir 1.80 metros. Lastimosamente ese mismo año el gran equipo de basketball, G93 no pudo participar del campeonato inter escolar, al parecer el ministerio de educación suspendió las actividades por el terrorismo, situación que golpeó duro a nuestra sociedad en ese tiempo.
Dicha selección venía entrenando duro desde el año 1992, recuerdo el gran equipo de la G92 selección que en aquella época conformado por alumnos de la G92 y G93, habían logrado llegar a cuartos de final eliminando a colegios nacionales y grandes colegios particulares, en esa etapa enfrentaron al colegio Markham cuyos alumnos jugaban en la selección nacional.
Aquel año el colegio Markhan salió campeón del inter escolar de basketball de lima, muchos compañeros de esa promoción 1992 me cuentan que fueron vencidos por una canasta. Nuestra selección de basketball prometía bastante, lástima que suspendieran el campeonato el año 1994, sin embargo participaron en varios juegos amistosos y viajaron mucho, el año 1994 el nuevo equipo de la selección de basketball, venia formándose con alumnos de Tercero, Cuarto y Quinto de secundaria.
Con nuevas estrategias de juego, que se basaban en la velocidad y organización en el ataque y la defensa, ese año mi promoción pasaba a Cuarto de Media y nuestro horario escolar de clases cambio de 1 pm a 6pm, nuestros horarios de entrenamiento pasaron a la mañana de 9am a 12m, con poco tiempo para nuestros deberes escolares, nuestro equipo hizo un gran esfuerzo, aprendimos más a compartir, ser solidarios y respetarnos más.
Desarrollamos una gran amistad que perdura hasta hoy, el profesor Moncada nos apoyó para continuar entrenando pese a las dificultades y problemas que cada alumno tenia, se acercaba como amigo, padre y profesor muy exigente, para nosotros era muy difícil dejarlo, ya se había ganado nuestro respeto y cariño, hasta hoy recordamos su fortaleza espiritual, su liderazgo y profesionalismo para enseñar.
El definitivamente influyó en nuestro desarrollo personal, en nuestro carácter, disciplina, compañerismo, trabajo en equipo, perseverancia y respeto. Siempre decía que le hubiera gustado estudiar en Guadalupe, pero tuvo la suerte de haber pasado los mejores años de su vida siendo campeón con Guadalupe y que nosotros teníamos el deber de hacerlo campeón una vez más.
Ese año la selección participo en el campeonato inter escolar en el cual fuimos campeón de lima metropolitana Ugel 03, en la ronda eliminatoria entre todos los campeones de la Ugel buscando el pase al campeonato nacional, lastimosamente se perdió frente a un equipo de Chosica, llegue a ver varios partidos en los cuales ganamos a varios colegios nacionales, incluso particulares, aprecie la fuerza y la mística de nuestro glorioso colegio de nuestra señora de Guadalupe.
Luego de la derrota, toda mi promoción vimos al profesor apenado por no llegar hasta el campeonato nacional, empezó a usar lentes oscuros, nosotros sus alumnos entendimos su tristeza, aquellos lentes oscuros los uso toda la semana, luego volvió a seguir entrenando con nosotros, teníamos un partido por aniversario casi a fin de año, se había invitado a un clásico rival que siempre hacía gala de colegio fuerte y disciplinado era el colegio militar Leoncio Prado del Callao, entonces nos preparamos para competir y recibirlos digna y respetuosamente, siempre venían con un equipo de Tecer, Cuarto y su selección de 5to año, en esa fecha pudimos ganar los 2 encuentros, nuevamente nos sentíamos orgullosos de haber defendido una vez más la camiseta celeste y recuperarnos de la anterior caída, volvimos a ver al profesor Moncada sonreír, con el ánimo recuperado, ese día al finalizar los partidos cerramos el encuentro con una hermosa foto para el recuerdo.
El profesor Moncada siempre nos recordaba el compromiso que teníamos con la selección, con el colegio y con él, el entrenamiento era sagrado, al mismo tiempo nos preguntaba sobre nuestras notas y allí algunos teníamos miedo de mencionar que no estábamos tan bien, por suerte la mayoría se pudo organizar y afrontamos bien el año escolar, muchos pasaron con buenas notas, otros justos.
NUESTRO LEGADO GUADALUPANO
Los primeros días de diciembre comenzamos a preguntar por él y conseguimos respuesta, el delegado en ese entonces el profesor Subiate nos informó que el profesor Moncada estaba enfermo y que no asistiría hasta nuevo aviso, pasaron los días y no volvía, siempre pensamos que regresaría, pronto se hizo extrañar entre sus demás alumnos de la sub 13 y 14 que entrenaban en otro horario con él, antes de acabar el año en la clausura, llegó la penosa noticia de que el profesor Moncada estaba internado en el hospital Almenara, poco después nos enteramos de la noticia de su fallecimiento, una noticia muy triste e impactante para sus alumnos.
El año 1995 empezamos con mucha fuerza y empezamos a escribir otra historia, el profesor Moncada nunca nos dejó, vive en nuestros recuerdos y corazón, gracias a la inteligencia y convicción de uno de nuestros integrantes de la selección de basketball G 95, ( Christofer Santiago López Marcos 5to Q) presidente de aula, sustentó por qué debería llevar la promoción general G95 el nombre del profesor Moncada, y así fue que la promoción G 1995 tiene el orgullo de llevar su nombre para recordarnos que tenemos que seguir adelante y dar lo mejor de nosotros sus alumnos, en sus bodas de plata después de 25 años te seguiremos dando las gracias gran maestro JUAN ANTONIO HERRERA MONCADA.
Hablar del profesor Moncada como le gustaba que le digan, es hablar de un gran maestro, un gran amigo, un gran padre y abuelo, porque gracias a Dios también pude conocer a su familia años después, la gran familia que formó , en fin hablar del profesor Moncada es hablar de un gran ejemplo para todos nosotros, y es hablar de un hombre completo como decía un sabio hablar de un hombre completo es hablar de su filosofía de vida los cuales son los valores morales que debemos construir ladrillo a ladrillo para ser mejores de verdad, gracias profesor Moncada por trascender en mí y por haber ayudado a encontrar mi vocación, continuar con su legado es todo un honor.
AUTOR: OMAR CABRERA BARRÓN